A medida que nuestros hijos crecen tenemos la sensación que poco a poco los vamos perdiendo. Por eso he pensado en pequeños consejos que como madre y psicóloga me han demostrado que nos pueden acercar a los adolescentes:

  1. Acompañarlos. Obviamente todos los padres sentimos que estamos siempre junto a nuestros hijos. Sin embargo, este acompañar puede ser solo ESTAR, sentarse a su lado aunque no nos digan ninguna palabra, o abrazarlos cuando las cosas no han ido como esperaban. El saber que sus padres siempre estarán allí, y especialmente cuando los necesitan, es un gran factor protector que los puede alejar de conductas riesgosas como el consumo de drogas y/o alcohol.

    La película Beautiful Boy muestra la importancia de acompañar y apoyar a nuestros hijos para evitar, y en caso para salir, de adicciones.
  2. No seamos sus amigos. En consulta he visto innumerables ocasiones en que los padres optan por ser uno más de sus amigos, y los chicos se resienten con esto. Ellos necesitan y quieren un adulto que les imponga normas y le entregue cariño.  Las normas le dan mucha seguridad y les ayuda a afianzar sus autoestima.
  3. ¿Cómo quiero que mi hijo (a) me recuerde? Esta es una gran pregunta, en especial para aquellos padres muy exigentes y a los que les cuesta valorar los esfuerzos que hacen los niños y adolescentes. Es común que los chicos sientan que hagan lo que hagan, no será valorado por los padres. Y desde allí lo mejor es siempre (sin importar la edad que tenga nuestro hijo) fijarnos en lo positivo que haga por muy pequeño que sea y felicitarlos o celebrarlo.
  4. Escuchémoslos. Muchas veces en especial por lo acelerado de nuestras vidas no nos detenemos a escucharlos, a escuchar su música (aunque no la entendamos) sus juegos, sus gustos, etc. Esto puede establecer la conexión necesaria para que se genere ese lazo que requieren para contarnos sus problemas y dificultades. Recordemos que también tuvimos esa edad y que los problemas que teníamos parecían gravísimos así que no hay que restarle importancia a lo que para ellos es vital.
  5. Demostrarles afecto. Los adolescentes en algún momento dejan de querer besos y abrazos, pero creo que debemos insistir en el saludo y en las palmaditas de apoyo, o el cariño en la cabeza. También hay muchas otras maneras de demostrarles cariño y una de ellas es diciéndoles algo tierno o preguntándoles cómo fue su día o qué almorzaron.
  6. Respetemos sus espacios y privacidad. Los jóvenes especialmente necesitan tener tiempos para estar solos y un lugar propio del que se hagan cargo, en donde puedan escuchar la música que les gusta, ver las series que siguen o simplemente descansar.
  7. Por último y a mi gusto lo más difícil es aceptar sus decisiones. Es cierto que como padres no quisiéramos que ellos o ellas sufran en la vida, pero de los errores aprendemos. Es cierto que debemos ser guías para nuestros hijos y por ello si sentimos que toman decisiones erradas, esimprtante estar allí para apoyarlos y acompañarlos siempre.

Por algo la gente suele decir que nadie nos enseña a ser padres. No hay una receta o un manual de cómo ser padre, y lo mismo ocurre para ellos…¡nadie les enseña a ser hijo!

POR: Viviana Santana, psicóloga. 

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