Esta semana tuvimos el placer de hacer un viaje a Valparaíso y almorzar en el Restaurante Portofino. Ubicado en el Cerro Esperanza, Portofino tiene 24 años de trayectoria y es parte de los negocios que tiene Renato Airola Martínez.
En 1998, en plena crisis asiática, Portofino abrió sus puertas en la que era la casa de los padres de Renato Airola Martínez. Y aunque tuvo sus contratiempos (en el año 2000 el restaurante fue devorado por un incendio), Renato junto a sus padres y su primo Rino, sacaron adelante este proyecto, convirtiéndolo en un referente gastronómico de la zona, llegando incluso a ser reconocido por Great Wine Capitals como mejor restaurant con oro mundial en la Annual General Meeting.
Su privilegiada vista panorámica a la unión entre Valparaíso y Viña del Mar es lo primero que atrajo nuestra la atención. El restaurante tiene diferentes niveles con variadas terrazas y salones, cada uno con un encanto diferente pero que comparten un ambiente acogedor y familiar. Es realmente el lugar idóneo para compartir de un delicioso plato junto a la familia, amigos o pareja.
Su cocina, a cargo del chef Francisco Castro, se reconoce por trabajar siempre con productos de alta calidad, frescos y de temporada. Con una amplia experiencia culinaria y estudios en Londres y Melbourne, Castro presenta ahora una nueva carta en donde explota al máximo su creatividad, innovando con platos y sabores únicos.
Esta renovada carta mezcla la gastronomía mediterránea con los productos típicos de nuestro mar. Siempre preocupados de la pesca sustentable, y trabajando con pescadores artesanales de la zona, su cocina es “estacional” por lo que se va adecuando día a día a lo que brinda el mar en cada temporada como la corvina, congrio, reineta, o como ahora, pescados de roca. Algunos de los platos nuevos y recomendados del chef son el «Lingua di Manzo”, que incluye láminas de lengua de res (sous vide por 30 horas) servida con sus propios jugos escabechados, acompañada de encurtidos de temporada.

Otro destacado es el «Ossobuco alla Milanese» cocinado a baja temperatura y acompañado de Risotto al azafrán, y el «Pesce Mediterraneo» que consiste en pesca del día, servida con cremoso de arvejas a la menta y un salteado de pancetta, habas y arvejas, acompañado de ensaladilla de endivias y salsa verde «secreta».


Lo que probamos
Nosotras, por supuesto, tuvimos el gusto de probar algunas de las nuevas adiciones al menú, así como también algunos de los platos clásicos de Portofino. Comenzamos con una de las recomendaciones del chef Francisco Castro: el «Tartare di Tonno e Mela». Este plato, con stock limitado y hasta que la temporada lo permita, consiste en un tartar de atún blanco y manzana, aderezado con emulsión de erizos y servido con palta en dos texturas. Fue una apuesta para nosotras ya que incluye emulsión de erizos, de los cuales no somos fanáticas, pero superó todas nuestras expectativas.
La combinación de los ingredientes es deliciosa, siendo la manzana verde, la que se presenta finamente cortada en cubitos, la que le da un toque fresco y de lo más interesante. Su sabor y presentación son realmente impecables y te lo recomendamos, incluso si no te gustan los erizos o la manzana en ensaladas o ceviches.
Viviana:
Viviana eligió de plato de fondo el «Sorrentini di Zucca», una de las nuevas adiciones al menú de Portofino. La preparación tiene una presentación muy atractiva y se trata de una pasta hecha a mano y rellena de zapallo de temporada, con ricotta y nuez tostada. Esta, a la vez, se sirve con una salsa de peras caramelizadas, gorgonzola y espumante, alcaparras crocantes y polvo de aceitunas, una delicia de platillo ideal para vegetarianos.
Lo más rico es la mezcla del relleno de zapallo con la salsa de peras y las alcaparras que encanta al paladar con su toque dulce.
De postre, Viviana eligió otra de las novedades: la tarta «Mela Calda». A ella como amante de las manzanas y la avena, le encantó el postre e incluso lo habría repetido. La tarta lleva manzanas caramelizadas coronadas con un crumble de avenas y frutos secos, acompañada de un exquisito helado de canela.
Paulina:
Un clásico de la casa, “Fettuccine Portofino”, fue la elección de Paulina para fondo. Delicioso fettuccine bañado en una combinación de tiernos camarones, palta, toques de pesto de albahaca y limón de pica, es lo que hace de este plato una exquisitez.
El plato sin duda sorprenderá a cualquier amante de las pastas, ya que es una preparación deliciosa donde los camarones y el pesto se combinan de maravilla, y más aún si agregas un poco de queso rallado. Los fettuccine se presentan a la temperatura ideal permitiendo que el queso se funda con los demás ingredientes, pero sin necesidad de soplar cada bocado.
Una paleta de helado de Gianduja cubierto en un crujiente chocolate bitter y avellanas europeas servido junto a una salsa y sorbete de maracuyá, fue la opción de postre de Paulina. Bautizado “Passionata”, esta paleta será la adicción de toda persona que disfrute del chocolate, y nos atreveríamos a decir que incluso de sus detractores.
El postre viene en su medida justa, y aunque puede sonar como una bomba de chocolate, la salsa y sorbete de maracuyá que lo acompaña, le da un toque un poco ácido que evita que te hostigues. La mezcla es realmente irresistible. Súper recomendado tanto para adultos como para los niños.
¿Dónde está ubicado? En Bellamar 301, Cerro Esperanza, Valparaíso. Para reservas puedes contactarlos al correo reservas@portofino.cl o a los teléfonos (56) (32) 2621464 y (56) (32) 2629939. También puedes conocer más sobre el restaurante en su página web portofino.clo en su Instagram @restaurant.portofino